Me subo al tranvía y tengo que cambiar un par de veces para llegar al Weißer See, que significa lago blanco en alemán. Este lago en el noreste de la ciudad con sus sólo 150 metros de diámetro es espectacular, rodeado de árboles y tan limpio que refleja en sus aguas todas las casas del barrio de Weissensee, donde se encuentra.
"Grellstrasse", 2009, Susana López |
Empiezo a caminar por Grellstraße, sin prisas, descubriendo lo que encuentro a mi paso. Los portales que me recuerdan a las casas del ensanche, las floristerías; la decadencia de Berlín me recuerda al Mediterráneo a pesar de que nos separan muchos kilómetros. Las fachadas de los edificios son sobrias, reflejo de la historia, pero las encuentro de gran belleza y en su interior se esconden jardines.
Callejeando por Prenzlauer Berg, el barrio de moda, lleno de cafés, restaurantes y bares, con sus terrazas y sus mantas para combatir el frío, descubro la Zionskirche, una iglesia neorrománica del arquitecto August Orf construida a finales del siglo XIX y situada en lo alto de una colonia desde donde se divisa casi todo Berlín.
En los jardines que rodean la iglesia, todos los jueves hay un mercado ecológico de fruta y verdura. En el interior se aprecian todavía las heridas de la historia: falta el órgano, hay agujeros y manchas en paredes y tapices. En esta iglesia predicó Dietrich Bonhoeffer, en tiempos de la RDA se celebraban conciertos de rock y se citaban los opositores al régimen, así que la Zionskirche se convirtió en un símbolo de la resistencia.
En los jardines que rodean la iglesia, todos los jueves hay un mercado ecológico de fruta y verdura. En el interior se aprecian todavía las heridas de la historia: falta el órgano, hay agujeros y manchas en paredes y tapices. En esta iglesia predicó Dietrich Bonhoeffer, en tiempos de la RDA se celebraban conciertos de rock y se citaban los opositores al régimen, así que la Zionskirche se convirtió en un símbolo de la resistencia.
Continúo caminando y llego a la Puerta de Branderburgo, la miro y vienen a mi mente las palabras que leí en un libro hace unos días:
“When you´re out and about in Berlin, you can never, even forget the city´s history...”es cierto, observó la escena que tiene lugar en estos momentos delante de la puerta de Branderburgo, la gente que la cruza, los artistas que retratan a los turistas, los niños que corren, miras a través de los arcos y ves el parque, el horizonte y es inevitable no pensar que hace 21 años a través de esos arcos solo se veía un muro.
Susanalf
Parece una ciudad muy bella!! Yo por mi parte, estas vacaciones que pasaron, me fui a un spa hotel en calafate. Queria algo mas relajante este año. Pero veremos el año que viene!!
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