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miércoles, febrero 23
18:22

ARCO, Art Madrid y JustMad: del desencanto al desenfado.

Acabada la resaca de ferias de arte celebradas en Madrid la pasada semana de este frío febrero, el equipo de espaciophake postea su impresión sobre las mismas que ha basculado entre el desencanto y el desenfado.

El desencanto I: ARCO 

Lugar: Ifema. Precio de la entrada: 32€. 197 galerías de 26 países.




Este era el año de presentación del nuevo proyecto de feria desarrollado por el equipo de Carlos Urroz. Un proyecto que cumple 30 años y del que hereda estructuras y secciones muy asentadas. 
El problema principal de la feria (ver para usted en qué consiste ser director de arco ) era su definición, sobre todo a nivel internacional, ya que en el estado seguía siendo “LA” feria de arte por antonomasia (o carencia). 
Se suponía que la nueva dirección iba a dotar a la feria de un carácter intransferible que permitiera su inserción en el mapa global de feria de arte con una identidad diferente.
Y en esta edición se han apreciado los cambios implementados en todos los aspectos por el nuevo equipo…o en algunos aspectos…bueno, había un pabellón menos. 
Todos los esfuerzos se han focalizado en atraer coleccionistas activos y en poner un menor acento en el interés del público general (el que paga la entrada, el guardarropa de la chaqueta y de la bolsa, los refrigerios…).

Además, se ha insistido en la férrea criba realizada para contar únicamente con las “majors” dejando fuera a las galerías “wannabe´s (suponemos que a más de una de las galerías que ha dejado de ir a Arco le habrá escocido verse metida en el saco de los infieles).
El resultado de todos estos cambios, como decíamos, han dado lugar a una nueva edición de Arco… del mismo Arco.

Les reto a que encuentren siete diferencias entre una feria de, digamos los años 90 y la feria de este año. Es como si este tipo de eventos se hubieran quedado momificados en un momento difuso.
Falta imaginación y faltan pantallas. Lo más llamativo es este mal entendimiento de la red y su mania de creer que utilizar vicariamente a los bloggeros o Twitter y facebook es ya suficiente. Hasta el Wi-Fi había que contratar!!!
Si la feria se concreta en los coleccionistas habrá que trabajar en el tipo de obra que se trae y, parece lógico, seguir reduciendo el número de galerías; y mejorar el espacio (quitar la alfombra no es cool, es garajero).
Si es así, no tiene sentido la presencia del público general, al que se le maltrata desde que entra y que se toma su particular venganza convirtiendo Arco en un destino de canibalismo fotográfico.
ARCO se ha convertido para muchos en una “fecha tradición” a la que se acude sin mucha convicción pero que te cuesta abandonar. Hasta que alguien centre tus debilidades y decida competir (sisplau), y entonces ya veremos.

Este año el país invitado ha sido Rusia, que parece puede atraer cientos de coleccionistas forrados de vodka y rublos. Hemos podido visitar 8 espacios ubicados al fondo de la feria, justo delante de las publicaciones (situadas al fondo) y cerquita del espacio esponsorizado por la cerveza verde. 

Algunos de los stand (como el de GMG Gallery realizado “de espaldas” al público, o el de Paperworks demasiado cerca de la llamada del alcohol) resultaban invisibles; de entre los demás, la propuesta más llamativa la encabezaba M&J Guelman que presentaban como cabeza de cartel a los Blue Noses. La efervescencia del arte ruso no resulta ya tan estimulante y recuerda a una copa de champagne sin burbujas: todos queremos su toque de lujuria pero, si no lo bebes rápido, es mejor que te desembaraces de ella enseguida.
En SOLO PROJECTS se intenta el acercamiento progresivo a Latinoamérica. Una buena idea. Cada stand presentaba un solo artista. No faltaba Carlos Garaicoa y su particular 3D.
Interesante OPENING con las nuevas galerías y un guiño al arte emergente de precios menores. Bien el resto de las secciones off.

Lo que más nos ha gustado es la cantidad de obra fotográfica presentada por las galerías y la variedad de rango de precio. Desde los 1.500€ de un formato pequeño (60 x 23 cmts) con edición de 5 ejemplares de Mariana Vassileva; los 2.800€ por los que se mueve la serie “Silencio Súbito” (ediciones de 5 ejemplares) de Alexandra Ranner; los 7.000€ de unas fotografías antiguas pero inéditas (edición de 5) de Manuel Vilariño
Las propuestas más llamativas venían de las galerías berlinesas (los vecinos de Mitte se han debido preguntar qué flautista ha vaciado la ciudad de galeristas), con unos stand muy cuidados y buena puesta en escena. Cómo se nota que los conciudadanos de la Merkel tienen dinero y han salido en tromba a las ferias madrileñas. Gran escenografía la presentada por la vienesa Christine König Galerie con la obra menos agresiva de Juergen Teller.
Presencias habituales como Ouka Lele, García-Alix, Ballester, Francesc Torres, García Rodero, Batalla, Muntadas… Más los clásicos imprescindibles Araki, Sugimoto, Lachapelle (tres escalofriantes ejemplos de su obra), Martin Parr….han llenado de fotos el Arco de este año.
Un ARCO en su línea, el año que viene no iré.

El desencanto II: Art Madrid.

Lugar: pabellón de Cristal de la Casa de Campo Precio de la entrada: 10 €. 91 espacios expositivos.


La cita en Art Madrid es como quedar con una vieja tía a tomar el café en su casa. Todo recuerda a mejores tiempos y, aunque con dignidad, la casa resulta polvorienta y algo desvencijada. Es curioso que en las seis ediciones realizadas esta feria no logre quitarse el sambenito de “segundona”, pero la verdad es que no ha sido capaz de proyectar una imagen más clara y diferenciada de lo que se pretende ofrecer al público (más allá del consabido foro de compra-venta). Tampoco ayuda mucho el lugar escogido, ya que al no haber un mayor acompañamiento de eventos se refuerza una sensación poco acogedora. Como nota al margen: la excesiva temperatura interior tampoco invitaba a pasar muchas horas allí dentro.
 
En cuanto a las galerías, presencia abundante de fotografía. Sorprendía que algunas galerías apostaran por presentar grandes formatos sin alternativa a formatos medios, quizá siguiendo la máxima de “en feria presenta lo más caro”. Era posible encontrar una prueba de autor de 50x70 cmts de Hander Lara (artista cubano presentado por Collage Habana) por unos 1.000€ o un Pep Bofill (150 x 70cmts) por unos 5.000€.
Se presentaba también, dentro de las actividades paralelas de la feria, una exposición colectiva en torno al disco de vinilo, organizada por la Tardor Art (Otoño del Arte) de Cataluña. La idea era buena, el resultado que mostraban en el stand resultaba mediocre.
Desconocemos el nivel de ventas, aún así, la cara de la mayoría de los galeristas presentes no dejaba traslucir un gran entusiasmo. Algunas quejas veladas (a la feria le quedaba todavía un día) y una actitud amable pero un tanto tristona con un público del que no se esperaba mucho; sí contrastaba el despliegue punto mercachifle de una gran galería lusa a pesar de presentarse (como es habitual) con gran stand y artillería pesada.
En definitiva, feria aburrida y sin novedades. Nada destacable.

El desenfado: JustMad


Lugar: C/ Velázquez 29. Precio de la entrada: 6€ (válida para todo el festival). 52 expositores de 12 países.


Los de ArtFairs han vuelto a dar en la diana. Segundo año y un éxito arrollador. 
JustMad plantea la posibilidad de ver obra de arte de gente que empieza de la mano de galerías con marchamo de “buscadoras de lo nuevo”. Lo ofrece en un magnífico edificio situado en el centro (y en lo mejorcito) de Madrid.

Los espacios para los expositores son pequeños, lo que fuerza a una mayor cercanía y comunicación galerista-visitantes; la obra pertenece a artistas jóvenes, por lo que los precios son muy asequibles; y la propia tipología del espacio fuerza a presentar formatos manejables
Todo en agradable compañía y sin pretensiones. Muy sencillo para el que todavía no ha dado el paso a un incipiente coleccionismo. 
Había obra desde 500€ (sin enmarcar), mucha obra en torno a los 1.000€, o una fotografía de David Latorre (75x75 cmts) con una tirada de 5 a partir de unos 1.700€.
El ambiente alegre y divertido invitaba a la compra compulsiva. Los únicos lugares en los que podías confiar en no ser atropellado se circunscribían a los espacios cubiertos por una galería estadounidenses que se había traído una instalación sin interés y la sala de al lado con fotografías pequeñitas pero muy interesantes; el resto era una marea humana que, lejos de molestar, produce la sensación de fiesta universitaria.

JustMad es un evento de lo más trendy que incide en la experiencia del consumidor y que se vuelca en hacer que ésta sea de lo más agradable. 

Para empezar, la entrada es muy asequible y te vale para todos los días. Todo el interior da este look casual (ni muy arreglado ni en exceso destartalado) que tan bien linka con la idea de “arte joven”, todas las galerías parecen ser “okupas” de lujo


En cada planta se ofrece una cortesía para con el cliente, o bien cerveza (la misma que en ARCO pero gratis), cava, infusión, mojito…de modo que cuando acabas el recorrido entre el ambiente de jolgorio y el alcohol ingerido te queda una placentera sensación de artística jovialidad.

Mención aparte para las secciones paralelas de la feria Producers’ desks, Metro Sound y JustMad Design.
Bien por los organizadores que tienen muy claro qué quieren y cómo lo quieren. Chapeau por la claridad en los objetivos y el buen hacer. 


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