La semana pasada se celebró el que es, sin duda, el acontecimiento del año: Vip Art Fair, la primera feria mundial de arte on-line. El éxito de la misma confirma la idoneidad del medio como canal de difusión y su capacidad para desarrollar un mercado global de arte. En este artículo os presentamos nuestro análisis sobre el funcionamiento de Vip Art Fair.
LA INICIATIVA
Vip Art Fair comienza a larvarse hace tres años de la mano de James y Jane Cohan, propietarios de la galería James Cohan Gallery en Chelsey, Inglaterra. No es casual que la iniciativa provenga del mundo anglosajón; Internet como canal de comercialización de arte es utilizado ya desde hace varios años, espacio al que paulatinamente se han ido sumando desde las principales casa de subasta (Sotheby's y Christie's reconocen haber doblado sus ventas con la presencia en red) hasta pequeñas galerías que abandonaban su espacio físico para ir incorporándose a los diferentes portales de arte que comenzaron a aparecer; ni que decir tiene que los más avispados promotores (te saludamos, Saatchi) se convencieron, desde el principio, de las bondades de la venta on-line.
La creación de ferias on-line se había implementado ya en otros sectores con resultados muy positivos, era cuestión de tiempo que alguien asumiera el reto y lanzara, por fin, una iniciativa de este tipo.
INTERNET COMO RESPUESTA
Quizá la situación económica ha terminado por convencer a los más reticentes de que Internet podía ser el camino, ya que la tesitura en el espacio off no era muy halagüeña.
- por un lado, la proliferación de “eventos” diseminaba al público interesado en el consumo/disfrute de arte (un segmento estable pero en recesión) y había una necesidad real de abrir “nuevos mercado”, de alcanzar a un segmento de nuevos coleccionistas con un gran potencial económico pero ubicados allende las fronteras tradicionales y poco dados a desplazarse a las ferias.
- por el otro, los altos costes que supone para las galerías su “presencialismo” en las diferentes ferias obligaba a un ratio de ventas elevado, complicado de conseguir en un momento de paralización económica.
- otro factor a mencionar es la pérdida de atractivo para coleccionistas y galeristas de muchas de las ferias; bien por gestiones erróneas que hacen que estos eventos pierdan diferenciación e identidad, bien por una falta de “puesta al día” de las mismas.
En esta tesitura Internet se convertía en un revulsivo y, ciertamente, la estrategia de los Cohan ha sido buena.
APOYOS CLAVE A LA INICIATIVA
Sus primeros pasos se encaminaron a la implicación en el proyecto de “galerías de prestigio” como White Cube o David Zwirner y asegurar la presencia de obra de gente como Franz Ackerman, Anselm Kiefer, Damien Hirst… en definitiva, a contar con nombres con tirón de ventas y atractivo suficiente como para convencer a los grandes coleccionistas de que entrar en Vip Art Fair podía ser una experiencia “trendy and remarkable”.
La última prueba de fuego se realizó con Cooke Maroney, de Gagosian Gallery, que, tras la visita virtual, dio su visto bueno.
Para asegurarse la presencia masiva de galerías se ofertó un rango de precio por “stand” de entre 5.000$ a 20.000$ (eliminando los costes de transportes, hoteles, dietas…), lo que supone una rebaja substancial con respecto a las ferias off.
APOYOS CLAVE A LA INICIATIVA
Sus primeros pasos se encaminaron a la implicación en el proyecto de “galerías de prestigio” como White Cube o David Zwirner y asegurar la presencia de obra de gente como Franz Ackerman, Anselm Kiefer, Damien Hirst… en definitiva, a contar con nombres con tirón de ventas y atractivo suficiente como para convencer a los grandes coleccionistas de que entrar en Vip Art Fair podía ser una experiencia “trendy and remarkable”.
La última prueba de fuego se realizó con Cooke Maroney, de Gagosian Gallery, que, tras la visita virtual, dio su visto bueno.
Para asegurarse la presencia masiva de galerías se ofertó un rango de precio por “stand” de entre 5.000$ a 20.000$ (eliminando los costes de transportes, hoteles, dietas…), lo que supone una rebaja substancial con respecto a las ferias off.
Además, el calendario de Vip Art Fair era muy ajustado, del 22 al 30 de enero, lo que se llama una “oferta explosiva”; es decir, creando una sensación de urgencia en el público para acelerar su decisión de compra/entrada.
El funcionamiento de Vip Art Fair ha sido casi impecable.
VIP ART FAIR. DENTRO DE LA FERIA
La feria se ofrece como una plataforma abierta al público en general, bastaba darse de alta (gratuitamente) para conseguir la clave de acceso a la feria. Esta subscripción gratuita permitía entrar a los visitantes hasta “el primer nivel” (al igual que en los video-juegos o las discotecas ibicencas, se “jugaba” en varios niveles con accesos distintos). Este primer nivel permitía visualizar la feria en su casi totalidad.
Una segunda opción era la de conseguir un pase VIP que las galerías proporcionaban a sus clientes, o pagar para conseguirlo (precio 100$). Con este pase se accedía a chatear con artistas y miembros de las galerías, conocer los precios de venta de las obras, tener visitas privadas, se podía acceder a la sala Vip en la que se alojaban una serie de trabajos videográficos, ver los contenidos de una publicación especializada en arte, enrolarte en una visita de la mano de coleccionistas y curadores. En definitiva, el pase Vip era un pase hacia la gloria.
Una vez realizada la subscripción se iban recibiendo una serie de mails de recordatorio (en cantidad suficiente pero no intrusiva) en los que se combinaba una estética seria y un lenguaje cercano, con un guiño a las redes sociales (el ubicuo facebook) y a la interactividad creativa (la mejor interpretación del acrónimo VIP conseguía un pase VIP gratis).
El día 22 de enero se da el pistoletazo de salida a la feria (en España a partir de las 2 pm) y el mundo entero se enchufa a su ordenador para no perderse el acontecimiento. Y, siguiendo las recomendaciones de los organizadores, preparamos un café, nos pusimos las zapatillas y el pijama (O tempora, o mores. A las dos de la tarde en pijama!!)
VIP ART FAIR PANTALLAZO A PANTALLAZO
VIP ART FAIR PANTALLAZO A PANTALLAZO
En el atrio o página de inicio se muestran diversas “salas de Exhibición” que agrupan a un total de137 galerías de 30 países: Premium Large (56 galerías), Premium Medium (34) Focus (23), Emerging (24). Más la sala dedicada a Publishers & Partners (17).
Las funcionalidades de la página eran buenas. La interface era clara y amigable; situando el ratón sobre el nombre de las galerías de las diferentes salas aparecía una breve información de la galería con los nombres de sus artistas. Al entrar en las salas de exposición de cada galería podías incluir la silueta de una figura (hombre o mujer de aspecto clásico) que, al situarse junto a la pieza de arte, mostraba la escala real de la obra.
En la parte inferior de la página se situaban los espacios de información sobre el artista , sobre la obra, vistas adicionales, vídeos, posibilidad de compartir o añadir a favoritos. E, incluso, la posibilidad de crear visitas personalizadas por el internauta.
CONCLUSIONES
Vip Art Fair ha sido un éxito de tal calibre que durante los primeros días fue casi imposible la conexión (con mail de disculpas incluido explicando la lentitud de descarga). Para intentar mantener la rapidez de carga se eliminaron algunas funcionalidades como el chat (de lo que se informó vía mail); nosotros, por nuestra parte, fuimos incapaces de ver uno solo de los vídeos y la velocidad de carga nunca fue buena.
Otros detalles que creemos tendrían que mejorar para ediciones futuras tiene que ver con la elaboración de un protocolo de contenidos para las galerías.
- En ocasiones, las imágenes colgadas eran tan pequeñas que era imposible distinguir qué diablos era (ya está la amable señorita/señorito de gris para mostrar la escala), con lo que la visita a determinadas galerías provocaba un “rebote” inmediato.
- Cada galería colocaba la información (si es que lo hacía) en lugares indistintos, con lo que al clickar en búsqueda de una información concreta el internauta tenía que repetir la búsqueda con la consiguiente “molestia en uso”.
- Cada galería aporta la información en los idiomas que decide, no hay una política idiomática común.
- Una gran parte de las galerías no parecen haber creado contenidos específicos para web, más bien han tirado de “fondo de armario”.
La sensación que queda, en cuanto a contenidos presentados por las galerías, es un tanto mediocre.
EN CUANTO A LA OBRA PRESENTADA
Hemos disfrutado mucho con Focus (cada galería presentaba a un único autor) y con Emerging (obra realizada en los dos últimos años).
Entrar a la exposición de algunas galerías “epataba” por el despliegue de nombres ilustres (como anuncio para nuevos ricos era inmejorable: “si quieres gastarte pasta, éste es el sitio”); alguna “grande”, también es cierto, nos pareció decepcionante.
Con respecto a la organización, sigue viva la estrategia de mantener determinada información alejada del “común” de los mortales, estrategia de marketing clásico para productos “alto standing”. En palabras de James Cohan:
"It is still a world of high art, and there is an elitism that goes along with that".
Pues ellos verán, nuestro punto de vista es que la red requiere información y transparencia.
Y este posicionamiento a medio camino de quiero pero no, vendo pero sin pasarela de pago, no somos una tienda sino un santuario de arte está bien, pero suena un poco vetusto.
Y este posicionamiento a medio camino de quiero pero no, vendo pero sin pasarela de pago, no somos una tienda sino un santuario de arte está bien, pero suena un poco vetusto.
A pesar de todo, hemos visto más de 1.800 obras fotográficas, lo que demuestra una vez más el auge de la fotografía, y hemos disfrutado sobre manera paseando por la feria arriba y abajo. Sin duda, un excelente trabajo.
Los Cohan lo han conseguido, Vip Art Fair ha sido un éxito.
magnífico artículo
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