PhotoArte Komite presenta durante la primer quincena de septiembre "Escenas del Mundo Flotante"de Igor Calvo. El propio autor nos habla sobre las imágenes que conforman la exposición.
El proyecto de “Escenas del mundo flotante” nace hace más tiempo del que en principio podría parecer. Si bien la fotografía más “antigua” data del pasado 2007, la idea que subyace tras el proyecto que desemboca en la actual exposición, rondaba por mi cabeza desde hace mucho tiempo; tanto, como en el momento en que soy consciente de mi fascinación por el líquido elemento: el agua y, por ende, por su máxima expresión: el mar. No olvidemos que la ría de Bilbao es un brazo de mar que penetra hasta bien entrado tierra firme.
El proyecto de “Escenas del mundo flotante” nace hace más tiempo del que en principio podría parecer. Si bien la fotografía más “antigua” data del pasado 2007, la idea que subyace tras el proyecto que desemboca en la actual exposición, rondaba por mi cabeza desde hace mucho tiempo; tanto, como en el momento en que soy consciente de mi fascinación por el líquido elemento: el agua y, por ende, por su máxima expresión: el mar. No olvidemos que la ría de Bilbao es un brazo de mar que penetra hasta bien entrado tierra firme.
Trasladada a la fotografía, esa fascinación pasa de convertirse de un objeto de contemplación e interés, casi de estudio, a un objeto de deseo y, por consiguiente, de amor.
Porque, si tuviese que resumir en una sola frase la exposición y el proyecto, diría sin dudar que es toda una declaración de amor a la Ría de Bilbao.
Porque, si tuviese que resumir en una sola frase la exposición y el proyecto, diría sin dudar que es toda una declaración de amor a la Ría de Bilbao.
Eso si, como todo en esta vida, no todo es tan sencillo y tan simple y se puede reducir al “producto” del amor.
El caso es que mi inclinación a visitar y a “habitar” los márgenes de la ría, ya sea los de su vertiente más industrial a la altura de la península de Zorrozaurre, como los de su margen más actual como reflejo de una ciudad más volcada hacia los servicios a la altura del Guggenheim; esa inclinación a “morar” en los márgenes de la ría, comentaba, hace que me vaya dando cuenta de la variedad y diversidad de formas y aspectos que puede llegar a tomar la misma y eterna Ría.
¿Cómo es posible esa infinita variedad en un entorno que nunca se ha movido de su cauce, de su ubicación?
La combinación de la eterna Ría, recorriendo siempre el mismo camino desde el mar hasta tierra firme, con la luz, siempre diferente, siempre cambiante, dependiendo de la época del año, del sol, de las condiciones atmosféricas; esa combinación crea SIEMPRE escenas diferentes.
Así, esa multiplicidad de formas, texturas y colores que se reflejan y son reflejados en y desde la ría, se convierte a su vez en metáfora de la multiplicidad de los cambios y transformaciones de una ciudad que siempre ha permanecido en el mismo sitio, en los márgenes de la ría que la alimentó y la ayudó a crecer.
En sus márgenes se ha ido produciendo toda una transformación: la de una ciudad con vocación portuaria, de comercio e intercambio, hasta su transformación actual y más radical: de la antigua ciudad industrial a la moderna ciudad de servicios, que vuelca su nueva imagen en el espejo de una ría que tras años de desgaste, de abusos, en nombre del desarrollo industrial y económico de sus habitantes, recupera parte de su antiguo esplendor y se convierte en imagen y reclamo de la ciudad.
En este punto, mis fotografías muestran esas dos caras o aspectos. Al fin y al cabo, la explosión de colores de algunas imágenes al lado de otras más frías y donde el color cede protagonismo, v.g., a la textura, sirven como ejemplo de esa dualidad de la ría.
“Escenas de un mundo flotante” se convierte en una metáfora de la propia historia de una ciudad y la ría que le dio forma y la ayudo a crecer.
Antes de finalizar, quería destacar que no han intervenido otros elementos y protagonistas que no sean la ría, la luz y mi cámara.
No hay filtros, curvas, saturaciones de colores o cualquiera de las, por otra parte maravillosas posibilidades, de la manipulación digital.
No hay filtros, curvas, saturaciones de colores o cualquiera de las, por otra parte maravillosas posibilidades, de la manipulación digital.
Más adelante podremos hablar de las posibilidades de unir tecnología e imagen digital con los conceptos más tradicionales de la fotografía: la luz, la cámara y el fotógrafo; pero eso será más adelante.
Bilbao 2010
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