Ayer sábado 25 de marzo y durante una hora, cerca de 4000 ciudades en todo el mundo se unieron a la iniciativa de apagar las luces de sus lugares más emblemáticos, además de las de otros cientos de edificios públicos y empresas, cómo medida de sensibilización sobre la importancia de luchar contra el cambio climático y, diría yo, sobre la desmesurada cantidad de energía que consumimos y agotamos.
En principio suena bien, así que me decidí a secundar la iniciativa y apagué simbólicamente una de mis fotografías:
"Brodnignac XXI off", Igor Calvo 2011
Una hora más tarde, al igual que en las ciudades participantes, encendí la luz y comprobé que todo seguía igual; bueno, algun@s había aprovechado el apagón para salir de la oficina, pero la luz y la energía que la alimentaba eran igual o más intensas.
"Brodnignac XXI on", Igor Calvo 2009
El caso es que decidí volver a mis tareas sin tener muy claro que una acción que se lleva a cabo desde el año 2007 haya servido para algo en esta ocasión. Aunque tengo un par de preguntas:
¿Quién ha obtenido mayor publicidad en este evento, la sensibilización para luchar contra el cambio climático o las empresas y marcas que se han adherido al mismo?
Y ¿Cuánto habrá costado organizar los saraos institucionales de los apagones simbólicos en las ciudades españolas?
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