"Depósito de promesas electorales", Ighost 2012
Al final, la política y la banca no son tan
diferentes como creemos. De hecho, cada 4 años (+ o -), l+s polític+s nos piden que
depositemos nuestro voto (llamémosle nuestro capital de esperanzas de que algo
cambie) a cambio de una gran recompensa: ¿progreso? ¿mayor democracia? ¿mejora
de las condiciones de vida? No, un juego de sartenes y/o cuberterías varias;
que, si luego no funcionan, no sólo no podemos devolver, si no que nos culpan a
nosotr+s mism+s de su mala utilización y nos llaman manirrot+s y caprichos+s.
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