A
lo largo del pasado fin de semana ha tenido lugar en la Alhóndiga de Bilbao la
primera edición del curso “Perspectivas feministas en las producciones
artísticas y las teorías del arte”, curso dirigido por Lourdes Méndez y Xabier
Arakistain, ambos con trayectoria ampliamente conocida.
La forma en la que han estructurado el curso (combinando las problemáticas en la construcción epistemológica y las prácticas artísticas) y las ponentes a las que han invitado han logrado hacer de este primer encuentro una cita ineludible que ha conseguido, con creces, transmitir conocimiento y crear un espacio para la reflexión y la inspiración, una iniciativa necesaria y muy fecunda.
La forma en la que han estructurado el curso (combinando las problemáticas en la construcción epistemológica y las prácticas artísticas) y las ponentes a las que han invitado han logrado hacer de este primer encuentro una cita ineludible que ha conseguido, con creces, transmitir conocimiento y crear un espacio para la reflexión y la inspiración, una iniciativa necesaria y muy fecunda.
Ha
sido un auténtico lujo poder acercarse a figuras ya icónicas en la narrativa
feminista como Amelia Valcárcel (que nos habló sobre el canon), Mónica Mayer
(que repasó con grandes dosis de humor su itinerario artístico) o Frida Kahlo
de las Guerrilla Girls (cuyo análisis sobre los mecanismos del mercado del arte
subrayaba la necesidad y la eficacia del activismo), de la misma manera que lo
ha sido escuchar a Ivonne P. Doderer (sobre prácticas curatoriales), Maite
Garbayo (que nos adelantó parte de su tesis sobre las teorías feministas y las
prácticas preformativas) , Brigid Doherty (con un impecable análisis sobre
Rosemarie Trockel) y Helena Reckitt (que dejó claro su desprecio hacia Nicolas
Borriaud y la estética relacional).
No
nos detendremos en las ponencias, ya que se anuncia una próxima publicación de
un libro compilando todas ellas (de lectura más que aconsejable y del que
daremos cumplida información). Más bien, al hilo de lo que allí ocurrió
realizaremos dos breves apuntes.
La creación del archivo
Nada
es más eficaz en la neutralización de una realidad que disolver la memoria; y
esta debilidad de elementos probatorios de la existencia, la falta de un archivo
que recoja el itinerario completo de lo que ha sido (en este caso) las
prácticas artísticas y teóricas de las mujeres, nos confina a un margen
espacial y al perpetuo desconocimiento de aspectos fundamentales a la hora de
construirnos como sujetos que se declinen a través del arte, del pensamiento,
la política…
Es este un trabajo que nos compete hacer a nosotras pero que debemos hacer con cuidado. Ser mujer y feminista puede parecernos una tautología; pero, por irracional que nos parezca, para muchas mujeres no es más que una alternativa.
Es por ello que debemos exigir rigor en la investigación a la hora de incluir autoras dentro del discurso feminista. Hay muchas autoras que se declaran de manera explícita como “no feministas”; por lo tanto, no podemos inferir que la introducción de un elemento que consideramos como “disruptivo” en su obra sea una especie de “criptofeminismo”, y es un peligro y un error adjudicar significados que no se encuentran en ella; un trabajo de hermeneusis nos obliga a encontrar el sentido mediante una interpretación lo más ajustada al marco de pensamiento en el que se encuentra insertada la obra.
No debemos rastrear feminismos en espacios erróneos porque nos procurará una lectura ingenua que nos llevará a una representación distorsionada, unas conclusiones falsas y la implementación de estrategias condenadas al fracaso, si de lo que se trata es de romper la hegemonía y cambiar el canon.
La utilización del cuerpo o de aspectos directamente relacionados con la mujer (léase menopausia o maternidad) no son condición suficiente para un quod erat demonstrandum de discurso feminista.
Resumiendo, es urgente la elaboración de un archivo, o colección (que podría dar a entender una utilización más dinámica), pero no podemos actuar “como si no lo supiéramos” y elaborar una fantástica ilusión en aras de una “promesa de ganancia”.
Es este un trabajo que nos compete hacer a nosotras pero que debemos hacer con cuidado. Ser mujer y feminista puede parecernos una tautología; pero, por irracional que nos parezca, para muchas mujeres no es más que una alternativa.
Es por ello que debemos exigir rigor en la investigación a la hora de incluir autoras dentro del discurso feminista. Hay muchas autoras que se declaran de manera explícita como “no feministas”; por lo tanto, no podemos inferir que la introducción de un elemento que consideramos como “disruptivo” en su obra sea una especie de “criptofeminismo”, y es un peligro y un error adjudicar significados que no se encuentran en ella; un trabajo de hermeneusis nos obliga a encontrar el sentido mediante una interpretación lo más ajustada al marco de pensamiento en el que se encuentra insertada la obra.
No debemos rastrear feminismos en espacios erróneos porque nos procurará una lectura ingenua que nos llevará a una representación distorsionada, unas conclusiones falsas y la implementación de estrategias condenadas al fracaso, si de lo que se trata es de romper la hegemonía y cambiar el canon.
La utilización del cuerpo o de aspectos directamente relacionados con la mujer (léase menopausia o maternidad) no son condición suficiente para un quod erat demonstrandum de discurso feminista.
Resumiendo, es urgente la elaboración de un archivo, o colección (que podría dar a entender una utilización más dinámica), pero no podemos actuar “como si no lo supiéramos” y elaborar una fantástica ilusión en aras de una “promesa de ganancia”.
La actitud feminista
Podría
parecer que en los últimos tiempos el feminismo ha devenido “una actitud sin
contenido” (como el pañuelo palestino en las pasarelas francesas de alta
costura); una declaración que se considera políticamente correcta en muchos
ámbitos pero en la que se obvia el esfuerzo de acercarse al contenido. Y esto
lo decimos por la masiva inscripción al curso y la no tan masiva presencia en
el auditorio en el que se celebraba. Esta especie de desgana quedó patente
también en la conclusión de las jornadas, y no por la falta de entusiasmo o
discurso de las mujeres allí presentes, la cosa va por otros derroteros.
Un
elemento que ha contribuido al éxito del curso ha sido el ambiente de
complicidad y buen humor en el que se ha desarrollado, a lo que hay que sumar
que muchas de las intervenciones venían trufadas por la fina ironía que sólo se
destila de la sabiduría. En definitiva, que durante los tres días nos hemos
reído y sonreído.
Pero, la
mesa redonda que servía de colofón al curso se convirtió en el momento en el
que quedó patente el cansancio - por utilizar las palabras de la
Sra. Mayer - ante la situación real de las
mujeres. Cansancio motivado por la invisibilidad y por la precaria situación de
las mujeres en las estructuras artísticas (un rápido vistazo a la realidad de
la situación de discriminación de las mujeres en las industrias culturales se
puede encontrar en “Nuevas Economías de la cultura. Parte 1. Tensiones entre lo
económico y lo cultural en las industrias creativas” YProductions 2009 ,
pág.70).
Este
momento de penas y quebrantos fue aprovechado por la memorable y combativa Sra
Kahlo, fundadora de las Guerrilla Girls (colectivo americano que tiene cuerda
para rato, aquí su carrera subversiva habría terminado de un plumazo a base de
subvenciones), para poner en práctica la filosofía activista del colectivo:
quéjate y actúa de forma original; por más que Kahlo proponía diversas
actuaciones (que a la vez se antojaban llamativas y eficaces) la única
respuesta que recibió fue el llamativo silencio que salía de unos rostros
escépticos. Como advertía Amelia Valcárcel “no corren buenos tiempo”, no
podemos dejar de luchar.
Queremos
concluir con nuestras más sinceras felicitaciones a Lourdes Méndez, a Xabier
Arakistain y a todas las mujeres que con sus brillantes ponencias nos hicieron
disfrutar a lo largo de todo el fin de semana.
Quedamos
a la espera de la II
edición.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos un par de líneas y charlamos.