Dato: La sociedad capitalista se caracteriza por una estratificación social de tipo económica expresada en un exponencial continuo de nivel de ingresos
y por una distribución de la renta que depende casi enteramente de la
funcionalidad de las diferentes posiciones sociales adquiridas en la
estructura de producción.
En
un proceso de este tipo la búsqueda de beneficios tiene un rol
importante. De tal manera, las actividades de millones de personas, cada
una buscando su propio interés, se coordinan y complementan entre sí.
La
doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e
implantación de este sistema económico y político ha sido el liberalismo
económico y clásico. El pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la intervención del gobierno debe reducirse a su mínima expresión.
Sólo debe encargarse del ordenamiento jurídico que garantice el respeto
de la propiedad privada, la defensa de las llamadas libertades
negativas: los derechos civiles y políticos, el control de la seguridad
interna y externa (justicia y protección), y eventualmente la
implantación de políticas para garantizar el libre el funcionamiento de
los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría
su funcionamiento.
Curiosidad: la Declaración Universal de Derechos Humanos, las cartas fundacionales de organismos internacionales como la ONU y todos los organismos que de ella dependen (Unicef, Acnur…), las constituciones de los países democráticos, de los tratados u organizaciones internacionales como la Unión Europea o la Organización de los Estados Americanos, la asunción por parte de la comunidad internacional de tratados como los que dan origen al Tribunal Penal Internacional…, todas las declaraciones altisonantes de los líderes del autodenominado “mundo libre y democrático” hacen hincapié en la igualdad y universalidad de los derechos sociales, civiles, jurídicos, políticos, económicos…inherentes a todos los seres humanos.
Sin embargo, esa misma sociedad que defiende la igualdad de todos sus miembros, acepta y acata sin ningún reparo o reflexión previa y como único o mejor sistema posible de organización social, un capitalismo en el que, por definición, cada miembro del sistema busca, simple y llanamente, su propio beneficio.
Sin embargo, esa misma sociedad que defiende la igualdad de todos sus miembros, acepta y acata sin ningún reparo o reflexión previa y como único o mejor sistema posible de organización social, un capitalismo en el que, por definición, cada miembro del sistema busca, simple y llanamente, su propio beneficio.
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