Conversamos
con el fotógrafo Igor Calvo sobre “Gran Vía, 0”, su último proyecto cuya
exposición todavía podemos disfrutar en PhotoArte Komite y cuyo catálogo, que
abarca la totalidad de las imágenes que hasta el momento forman parte de la
serie, acaba de ser publicado por la Galería.
PhaKe: “Gran Vía, 0”, la última obra que
has presentado en la galería PhotoArte Komite, se imbrica directamente con la
serie de “Código Postal”, exposición que también pudimos disfrutar durante el
año 2012 en Ph·a·ke ¿Cuál es su relación?
Igor: Yo
añadiría en esta ocasión el plural, hablaría de relaciones. “Gran Vía, 0” es la
continuación de “Código Postal” y viene a ampliar y a completar a esta última.
Esto es, mientras que “Código Postal” mostraba los hogares, siempre temporales, del colectivo de personas sin techo, y se centraba en su intimidad (valga la contradicción, ya que estos “hogares” carecen de paredes, ventanas o puertas que nos impidan penetrar en su interior); “Gran Vía, 0” se focaliza en los lugares y espacios en los que este colectivo desarrolla su vida, su día a día, centrándose así en su extimidad.
Esto es, mientras que “Código Postal” mostraba los hogares, siempre temporales, del colectivo de personas sin techo, y se centraba en su intimidad (valga la contradicción, ya que estos “hogares” carecen de paredes, ventanas o puertas que nos impidan penetrar en su interior); “Gran Vía, 0” se focaliza en los lugares y espacios en los que este colectivo desarrolla su vida, su día a día, centrándose así en su extimidad.
Además, en
“Gran Vía 0” se continúa con la línea de investigación que inicio en “Código
Postal”; en ambas series parto de la fotografía documental y, por ende, sin manipulación,
combino esta fotografía con textos pre-existentes que extraigo de otros medios,
y conjugo estos dos elementos para conformar la imagen final.
Ni que
decir tiene que mis motivaciones, las ideas de las que parto, o la forma de
entender la fotografía son las mismas en ambos proyectos. Aunque, ciertamente,
“Gran Vía, 0” se desarrolla bajo un prisma de trabajo propio, y es lo que
diferencia formalmente a ambos proyectos.
PhaKe: Tal y como comentas, para
articular el discurso recurres a la utilización de fotografía y texto. ¿Qué
otras claves definen tu trabajo en “Gran Vía 0”?
Igor: Mi
principal campo de actuación es el terreno urbano. Fotografío la calle. Y,
aunque si el proyecto lo requiere puedo tomarme alguna licencia, en mi obra es
característica la falta de manipulación digital. Esto es, en la mayor parte de mi trabajo, las
fotografías que realizo son, principalmente, documentos de mi “paso por la
ciudad”.
En “Gran Vía 0” utilizo la fotografía documental para
visibilizar situaciones que, aun teniendo lugar en las mismas calles, lugares y
espacios por los que transitamos a diario, todavía nos negamos a ver. Refuerzo esta imagen con textos extraídos
directamente de sus fuentes originales (FMI, Parlamento Europeo, etc…), por
supuesto, sin manipulación alguna. A través de ellos podemos comprobar cómo,
por medio de cifras y números sí, pero también de palabras surgidas de la
retórica bienpensante y manipuladora, los sistemas económicos y políticos
actuales transforman la vida en un asunto de viabilidad; esto es, deciden
quiénes son aceptados en la sociedad en función de lo que puedan o no aportar
al sistema (producción, ingresos, votos…) y quiénes son, simplemente,
descartados y apartados.
Finalmente, el resultado de la fusión de las fotografías y el texto crea imágenes que cuestionan ambos documentos. Mi propósito es que esa reflexión se traslade hasta los procesos de realidad y ficción en los que se basan las sociedades modernas.
Finalmente, el resultado de la fusión de las fotografías y el texto crea imágenes que cuestionan ambos documentos. Mi propósito es que esa reflexión se traslade hasta los procesos de realidad y ficción en los que se basan las sociedades modernas.
Es decir, en su origen, tanto las fotografías como los textos son “reales”, en cuanto a que se trata de documentos sin manipulación alguna. Sin embargo, pese a su “veracidad” ¿su combinación en una sola imagen hace a ésta igual de real? ¿Se ajusta a lo que entendemos como realidad?
Las imágenes de “Gran Vía, 0” no son “visibles” como tales.
No forman parte de nuestra realidad más cotidiana, no las “vemos” por las
calles o en los medios de comunicación. ¿Diríamos entonces que son una ficción?
¿Qué son producto de un truco o de la manipulación? ¿En qué se diferencian las
imágenes de “Gran Vía, 0” de las imágenes resultantes de los procesos de
edición y producción de los medios de comunicación y publicidad con que nos
saturan diariamente? ¿Aceptamos sin más la veracidad de estas últimas o
empezamos a cuestionarlas cada vez más?
PhaKe: Hasta el momento, en tu obra la
presencia del ser humano se reducía a pequeños indicios, convirtiendo esta
ausencia en elemento significativo de tu trabajo. Sin embargo, en “Gran Vía 0” aparecen, por primera vez,
personas como protagonistas de la imagen. ¿Por qué surge la necesidad de este
cambio?
Igor: Yo
no diría que es una necesidad; es, más bien, encontrar la forma más adecuada
para trabajar y trasladar aquello que quiero expresar a través de un proyecto
concreto.
Hasta ahora, la falta de “personajes humanos” en mi trabajo
era una forma de utilizar la ausencia como eje para articular un discurso en el
que el énfasis no se centraba tanto en el personaje como en lo que sucedía a su
alrededor. El protagonismo recaía en el espacio y, a través de él, inferíamos
la presencia humana que lo habitaba, recorría, utilizaba. Sin embargo, en “Gran
Vía, 0” la presencia de personas era absolutamente necesaria. Anteriormente te
comentaba que este proyecto pretende mostrar la extimidad de un colectivo concreto,
traer a un primer plano su realidad más visible, aquella que tiene lugar en las
calles, en el día a día para, a través de ellos, reflexionar sobre la realidad
que se nos impone a tod+s nosotr+s.
PhaKe: ¿Cómo ha sido el proceso de
fotografiar “Gran Vía 0”?
Igor: Bueno,
desde el principio tenía dos aspectos muy claros con respecto a cómo tomar las
fotografías: En primer lugar, que lo importante era el detalle. Ese pequeño
detalle que marcaba la escena y definía claramente la fotografía: una pequeña
caja o un plato que alguien había dejado a ras de suelo para que l+s viandantes
echaran unas monedas a modo de limosna (La verdad es que se me revuelve el
estómago cada vez que pienso que volvemos con mayor y mayor asiduidad a
utilizar conceptos tales como limosna o caridad).
Y, en segundo lugar pero por encima de todo, respetar la intimidad, la identidad y, por supuesto, la dignidad de las personas fotografiadas.
Y, en segundo lugar pero por encima de todo, respetar la intimidad, la identidad y, por supuesto, la dignidad de las personas fotografiadas.
Además, quiero insistir en que lo importante era el detalle
que definía la escena. Motivo por el cual el encuadre se convirtió en la piedra
angular: conseguir la mayor definición posible en el detalle, aislar en la
medida de lo posible a la persona (aunque esto no siempre se podía conseguir) y
añadir a su vez la presencia de otras personas que aportaran el punto de vista
exterior y reflejara con claridad una escena totalmente urbana.
Todo ese
proceso llevó más tiempo del que pensaba en un primer momento; mucha, mucha
calle, mucho “viaje” por la ciudad, y espera y paciencia para conseguir la
fotografía.
Finalmente, con el uso de un teleobjetivo corto logré
solucionar el hecho de aunar planos más cortos para enfocar con claridad los
detalles y mantenerme a la distancia necesaria para, en ningún caso, invadir el
espacio privado de la persona protagonista de la fotografía. Y, para conseguir
el encuadre definitivo, la decisión que tomé fue la de bajar mi punto de vista;
es decir, situarme a la misma altura de l+s protagonistas.
Esto tenía además otro objetivo a añadir al plano formal de la toma, y que no es otro que el hecho de que me situaba a la misma altura de la persona fotografiada. Y esto es importante, porque obliga a enfrentarse a la situación descrita en la fotografía de igual a igual, tanto a mí como fotógrafo, como a l+s posibles espectador+s. Nos enfrentamos con la escena queramos o no y, en esta ocasión, no somos los pies y las piernas de los ciudadan+s que pasan erguidos en las imágenes.
Esto tenía además otro objetivo a añadir al plano formal de la toma, y que no es otro que el hecho de que me situaba a la misma altura de la persona fotografiada. Y esto es importante, porque obliga a enfrentarse a la situación descrita en la fotografía de igual a igual, tanto a mí como fotógrafo, como a l+s posibles espectador+s. Nos enfrentamos con la escena queramos o no y, en esta ocasión, no somos los pies y las piernas de los ciudadan+s que pasan erguidos en las imágenes.
PhaKe: ¿Por qué has titulado la
exposición Gran Vía?
Igor: Sencillamente,
porque lo que plantea el proyecto es un recorrido por las calles principales de
nuestras ciudades. Es allí, en las principales, populares y más ricas arterias
de la ciudad donde hay más oportunidad de conseguir unas monedas y es posible
observar en mayor medida las desigualdades, injusticias y pobreza que generan
estas urbes de oportunidades y desarrollo.
Y todas
nuestras ciudades tienen esas Grandes Vías.
En cuanto al cero, bueno, solo quiere apelar a un punto de
inicio, de partida. Además, ya que el callejero no contempla ese número cero en
la numeración de las calles, quería que sirviera como punto concreto para
marcar la dirección de tod+s aquell+s que carecen de ella.
"the guitar string theory of recessions", Gran Vía, 0 - Igor Calvo (2013)
PhaKe: A lo largo de toda tu obra nunca has rehuido dejar claro tu posicionamiento con respecto al tema sobre el que trabajabas. Es evidente, tanto en las intervenciones urbanas que lleváis a cabo desde Colectivo Komite, en este instante recuerdo “Misery”, como en proyectos personales como los ya citados “Código Postal” o “Procesos de urbanización insostenibles”.
Igor: El
discurso es claramente político, y ésta es una afirmación rotunda. Seguramente,
eso le resta la posibilidad de una mayor visibilidad o recorrido por los
canales tradicionales de difusión artísticos en estos tiempos de tan tiránica
corrección política. Tiempo en el que cualquier manifestación pública de
disidencia o rechazo de los poderes establecidos es tachada de anti-sistema (en
el uso más peyorativo de la expresión) cuando no directamente de violenta o
ilegal.
Eso no es
algo nuevo, por supuesto, los intentos por despojar al arte de toda función
crítica con los sistemas de poder imperante llevan mucho tiempo ejerciendo una
labor de zapa constante.
En mi caso,
he de decir que comparto plenamente la idea de la función pública, social y
política del arte, tal y como vienen haciendo desde hace tiempo artistas y
teóricos como Martha Rosler, Hans Haacke o Guy Debord. A quienes, por otra
parte, he de agradecer la influencia que han ejercido en mi obra.
Resumiendo mucho y para no alargarnos en demasía, lo que
subyace bajo “Gran Vía, 0” es la idea de ir más allá de los parámetros
establecidos en la fotografía documental para crear imágenes que cuestionen las
injusticias, desigualdades y contradicciones de los sistemas de poder
establecidos; y, en este caso concreto, denunciar un sistema social regido por
un sistema económico que ha convertido la vida en una ecuación de números y
cifras que dictan la viabilidad o no de las personas y que se sustenta y se
apoya en unos medios de comunicación e información que distan mucho de ofrecer
una imagen veraz de la realidad.
PhaKe: ¿Trabajas ya en un próximo
proyecto?
Igor: Siempre
estoy trabajando en nuevos proyectos, siempre. Lo más inmediato, mi aportación
a lo que será la nueva colectiva que presenta la galería PhotoArte Komite, a la
que os animo a acercaros porque creo que os puede sorprender. No se si ha sido
el impulso de probar a hacer algo radicalmente diferente, la necesidad de
encontrar la forma más adecuada de encarar la colectiva, o si necesitaba
“aislarme” un poco y trabajar en laboratorio; el caso es que en esta ocasión
presento unas imágenes con mucho trabajo de post-producción.
Sigo pensando que no es mi camino, y entiendo este trabajo
como un pequeño rodeo hasta el próximo proyecto; pero, ¿quién sabe? Utilizo la
fotografía para crear algo diferente, y supongo que no sería inteligente
negarme a aprender o a utilizar nuevas herramientas.
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