En un mundo en el que sólo parecen importar las grandes cifras macroeconómicas, en el que hay que rendir pleitesía a los inversores, especuladores y demás jugadores en el tablero de los mercados financieros y en el que los únicos jueces que aplican las reglas del juego son los gigantescos organismos económicos internacionales (FMI, BCE…) apoyados por las grandes potencias mundiales; el que un país y, sobre todo, los ciudadanos que lo integran, puede desangrarse poco a poco hasta desintegrarse delante de nuestros ojos, no parece preocupar en exceso que el FMI amenace con no hacer nada para evitar que un país entero se declare en quiebra.
Para evitarlo, las palabras mágicas parecen ser nuevamente las mismas: privatizaciones, despidos y cierres de empresas.
Por cierto, decimos nuevamente ya que ese no es ni mucho menos un fenómeno nuevo, que se lo digan a los propios griegos que ya tuvieron que ver como algunos de los antiguos imperios mundiales y actuales potencias occidentales, se dedicaban a privatizar parte de su historia, con la excusa de que estaban invirtiendo para un mayor cuidado de la misma. Ahí es nada.
"privatizaciones de la historia (el altar de pérgamo en el pergamon museum de berlín)"
, Ighost, 2011
...y como normalmente se hace lo contrario a lo que pedimos quizás reaccionen si salimos a la calle, en lugar de a pedir paz pedir guerra y en lugar de ...pedir Privatizaciones, Despidos y Cierre de empresas.
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