Globalización es un término que, de usarse tanto y tan a la
ligera, ha creado cierta confusión entre quienes lo utilizan y quienes lo
sufren.
Los teóricos de la goblalización alabaron desde el principio sus inmensas virtudes, entra las que se encontraba la oportunidad que suponía para mejorar e incrementar nuestras economías locales.
Supongo que, en un principio, la idea era hacer que todo aquello que fuera local se convirtiera, gracias a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, en algo que pudiera conocerse, disfrutarse o aprovecharse de manera global: inmediatez y omnipresencia.
Supongo que, en un principio, la idea era hacer que todo aquello que fuera local se convirtiera, gracias a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, en algo que pudiera conocerse, disfrutarse o aprovecharse de manera global: inmediatez y omnipresencia.
Así, nos dijeron que si teníamos una idea, poseíamos un
pequeño negocio, podíamos ofrecer un servicio o queríamos “emprender”, todo iba
a ser más fácil, mejor y más rápido.
Lo que no nos dijeron era que el camino tenía principalmente
un solo sentido de marcha; es decir, que de lo que se trataba era de que aquellos
“negocios” y empresas multinacionales y transnacionales que ya poseían gran
parte del mercado internacional, iban a poder acaparar el mercado en su
globalidad.
Eso sí, siempre se puede intentar combatir esa tendencia con
un poco de esfuerzo y algo de resignación.
En primer lugar, atendiendo a multitud de charlas, seminarios y cursos varios en los que los gurús de la globalización e internacionalización del mundo te dirán como triunfar fuera de tus fronteras (básicamente pagando a alguien para que te haga una página en Internet y a otr+ para que te lleve las redes sociales).
Por último, pero tanto o más importante, aprende a comunicarte con tus posibles interlocutores, socios o clientes en potencia..
En primer lugar, atendiendo a multitud de charlas, seminarios y cursos varios en los que los gurús de la globalización e internacionalización del mundo te dirán como triunfar fuera de tus fronteras (básicamente pagando a alguien para que te haga una página en Internet y a otr+ para que te lleve las redes sociales).
Por último, pero tanto o más importante, aprende a comunicarte con tus posibles interlocutores, socios o clientes en potencia..
¿Cómo?
Pues en el idioma global que, además, no te
quedará más remedio que aprender.
Como ya decía con anterioridad,
la globalidad es de un único sentido, así que no pretendas que nadie se deje
las cejas en intentar entender tu idioma, eres tú quien tiene que hacer el
esfuerzo.
Y recuerda:
- la globalización no es una tendencia o moda pasajera, es una obligación: o global o muert+
- y además: cuando la economía no va bien en tu país o la falta de riqueza es estructural, confía en los turistas, ell+s si tienen dinero (que por eso viajan por el mundo) y, de camino a París, Londres o Nueva York, seguro que hacen una parada por tu ciudad
Algo que hosteleros, pequeños y medianos empresarios,
propietarios de tiendas, franquicias y negocios varios, tod+s, han entendido
muy bien en Bilbao. Así, independientemente de a quien te dirijas: sea del
barrio, de la ciudad, de la provincia, de la comunidad autónoma o del país que
sea, hazlo en el idioma global, que ya te entenderán.
Igor Calvo
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