"loneliness of the long distance migrants", Ighost 2011
Estos días asistimos a una "pequeña riña de amigos" entre Francia e Italia a cuenta de los emigrantes llegados a este último país desde que se iniciaron las revueltas en los países árabes que desembocaron en la caída de regímenes dictatoriales como los de Túnez o Egipto.
El caso es que Francia e Italia apoyaron esas "revoluciones" y les dieron la bienvenida al nuevo mundo de libertad y democracia propio de los países occidentales. Sin embargo, parece que no pensaron en que una de las características más importantes de las democracias libertarias es el de la libertad de movimientos y de viajar; y claro, los tunecinos y otros vecinos han aprovechado la oportunidad que le has dado la desaparición del ejercito del tirano para hacer uso de esa libertad de movimientos y tratar de llegar a Europa que, no olvidemos, seguimos "vendiendo" en todo el mundo como un ejemplo de "libertad" y "bienestar"; aspectos éstos, a los que, por supuesto, quieren acogerse tod@s aquell@s que carecen de los mismos.
El problema para los "libertarios" dirigentes europeos surge cuando miles de personas llegan a estos países y se dan cuenta de que no pueden atender a semejante número de emigrantes. Entonces surgen las pataletas: que me ayudes y me des dinero para atender las oleadas de personas que llegan a mis costas; que no, que te las arregles tu solito; ah si? pues les voy a dar documentos temporales para que puedan viajar por Europa; vale, pues corto el tránsito ferroviario para impedir que lleguen aquí...
Mientras tanto, miles de personas que, no olvidemos que lo único que buscan es un futuro mejor en la Europa del bienestar, seguramente lo único que piensan es en lo maravilloso que sería ser pájaro que, cuando se cansan de tener los pies en el suelo, sólo tienen que levantar el vuelo y dirigirse libremente allá donde deseen.
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