Los despojos de Gargantúa
“Un rostro que sufre tan cerca de las piedras es ya él mismo piedra.
Veo a ese hombre volver a bajar con paso lento pero igual
hacia el tormento cuyo fin no conocerá jamás”
El mito de Sísifo, Albert Camus
Hay un ejército de menesterosos vagando por las ciudades, gentes armadas de panoplia escasa: una zafia alabarda y un faetón jubilado de otros usos, por escudo, un rostro sin registro. Su campo de batalla: la basura.
Espectros que se repiten en un retorno incansable hacia la cima de su particular montaña. Una lucha irreversible y cruenta que no produce espectáculo, señal de la inutilidad ontológica de los anónimos protagonistas. Marginados del festín de la abundancia, chapotean en los restos de nuestro consumo. Lacra subterránea que se lanza a “…sumergirse en la basura, para no ahogarse fuera” (Eduardo Acebedo). Apenas si les vemos, nos basta con abocetar una caricatura, un tosco estereotipo que nos tranquilice. No son “nosotros”, son “ellos”: son los “otros”.
En “Ruinas”, extraordinaria serie fotográfica de Eduardo Acebedo, el autor no trata de persuadirnos sobre la intercambiabilidad de los sujetos; no pretende modificar acomodadas creencias ni romper arquetipos; lo que propone es mostrar intersecciones, breves lugares de encuentro.
Eduardo Acebedo dirige su cámara hacia el interior de los contenedores de basura para descubrirnos las tripas de estos receptáculos en los que confluye el exceso y la escasez, espacios de simbolismo asimétrico para el necesitado y el opulento.
La mirada de Acebedo nos apremia a entrar en las cavernas de una sociedad omnívora, cavernas como intersticios en los que se afirma el discurrir de una sociedad que devora objetos y personas. Insaciable Gargantúa de pornográfica ingesta cuyas heces son escoria para unos y salvación para los otros; basura convenientemente seleccionada que depositamos en coloridos recipientes que, como gargantúas, ingieren personas.
“Ruinas” es una reflexión sobre la noción de desecho y de consumo y sobre las identidades que ligan ambos lados de la cadena.
Eduardo Acebedo plantea el desarrollo de “Ruinas” como un trabajo de campo; por primera vez sale de su estudio y se desplaza por la ciudad observando respetuosamente el quehacer ambulante de aquellos cuyo oficio consiste en recuperar residuos de los contenedores para convertirse, él mismo, en uno de “ellos”.
A lo largo de las 16 imágenes que componen la serie, Acebedo realiza un inventario de desechos mediante una fotografía en la que no hay proceso de posproducción, esto es, una imagen en la que se evita toda manipulación (straight). Pero esta creación de documentos no renuncia a los estilemas propios de la obra de Acebedo. Una vez más, la contundente visualidad de sus fotografías viene dada por los apurados encuadres, en los que el objeto protagonista ocupa el centro de la imagen inundándolo de una cálida luz que contrasta con el negro vigor del fondo. Contraste cromático del que se sirve para dotar a sus objetos de una materialidad a medio camino entre la pintura y la escultura.
Pero, a pesar de que lo que desfila ante nuestro ojos son pequeños vertederos urbanos, los sutiles mecanismos de la fotografía de Acebedo son capaces de alumbrar una atmósfera envolvente, casi familiar, delicada y que transmite una ilusión de intimidad. Incluso en estos sórdidos rincones, Acebedo ilumina belleza: la belleza cóncava de una sociedad i-racional, en la que en el reverso del aparente bienestar se aloja la más cruda miseria.
El ámbito de investigación de la obra de Acebedo se centra en los objetos cotidianos y en nuestra relación con ellos. Podemos rastrear la evolución de su trabajo visionando las tres exposiciones celebradas en la galería PhotoArte Komite a lo largo de estos tres últimos años:
En “Objetos” [2010] cada imagen nos proponía perspectivas sorprendentes de lo cotidiano.
En “ConSumo DesHecho” [2011] la bolsa de plástico se tomaba en su vertiente de fetiche consumista para crear una potente galería de semblantes hipertrofiados que mostraban el enajenamiento espiritual del sujeto.
Ahora llega “Ruinas” [2012] serie que, al igual que sus trabajos anteriores, acumula múltiples niveles de significado; “Ruinas” trasciende el mero registro del itinerario del desecho; nos habla de la pulsión consumista, de la magnitud de nuestra basura, del desequilibrio entre iguales, de la indiferencia ante el sufrimiento del “otro”, de la injusticia. Es, además, una alegoría de la búsqueda, de la urgencia, de la necesidad y la desesperación.
En “Objetos” [2010] cada imagen nos proponía perspectivas sorprendentes de lo cotidiano.
En “ConSumo DesHecho” [2011] la bolsa de plástico se tomaba en su vertiente de fetiche consumista para crear una potente galería de semblantes hipertrofiados que mostraban el enajenamiento espiritual del sujeto.
Ahora llega “Ruinas” [2012] serie que, al igual que sus trabajos anteriores, acumula múltiples niveles de significado; “Ruinas” trasciende el mero registro del itinerario del desecho; nos habla de la pulsión consumista, de la magnitud de nuestra basura, del desequilibrio entre iguales, de la indiferencia ante el sufrimiento del “otro”, de la injusticia. Es, además, una alegoría de la búsqueda, de la urgencia, de la necesidad y la desesperación.
El universo de Eduardo Acebedo nos fascina por su complejidad, por su elegancia, por su compromiso, por la fuerza y la calidad de sus imágenes. Sin duda, uno de los más pujantes fotógrafos de la escena contemporánea.
S. M.X.
PhotoArte Komite
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