viernes, mayo 17

El Foro de BiDC y Ph·a·ke

El Comité Ejecutivo de Bilbao-Bizkaia Design & Creativity Council incluye a PhotoArte Komite como miembro activo del Foro BiDC.




Bilbao-Bizkaia Design & Creativity Council es una iniciativa que surge de la cooperación entre la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao con el objetivo de mostrar, a nivel internacional, el desarrollo de Bizkaia como Territorio Inteligente cuyo motor pivota, fundamentalmente, en la fortaleza de la creatividad y el diseño

Con el fin de cumplir el objetivo, BiDC aglutina a agentes e iniciativas para proyectar en foros y en organizaciones internacionales las actividades que, desde aquí, se llevan a cabo; al mismo tiempo que se promociona el talento local.

Ademas, BiDC organiza anualmente un Foro que cuenta con la participación de todas aquellas organizaciones, asociaciones, instituciones y entidades que determine el Comité Ejecutivo y que se caractericen por trabajar en los campos del diseño y de la creatividad y por suscribir una declaración de compromiso con el proyecto que el Bilbao-Bizkaia Design & Creativity Council representa.

Entre los miembros de este Foro se encuentra PhotoArte Komite, una iniciativa que siempre ha incidido en la importancia de diseminar el talento y la producción de glokalidad.

Queremos expresar la satisfacción y el entusiasmo que la invitación al Foro de BiDC ha producido en todo el equipo de Ph•a•ke.

Os seguiremos contando.

miércoles, mayo 8

Un viaje por las calles del estado del bienestar, sobre "Gran Vía, 0"

“Gran Vía, 0”, constituye el negativo del discurso oficial que proclama que vivimos al amparo del mejor sistema social posible (como combinación de sistema económico y político). 

Las imágenes que componen “Gran Vía, 0” disturban y azoran más allá de lo que muestran, ya que implican una gran disociación entre lo que aceptamos como realidad o ficción y lo que verdaderamente se encuentra de ambas en nuestro mundo real. En este aspecto, “Gran Vía, 0” sirve también como metáfora de un mundo separado por una inmensa brecha entre el discurso y la realidad, una sociedad disociada que se debate entre aceptar la imagen que del mundo se le ofrece desde los medios oficiales y la que todos nosotros podemos observar si recorremos nuestras ciudades solamente aprendiendo a mirar con un poco más de atención.

“Gran Vía, 0” se compone de fotografías documentales que muestran a personas reales que desarrollan su vida en las calles, en aquel espacio público que para el resto de los ciudadanos no es más que una mera zona de tránsito. Cada fotografía se completa con la presencia de mensajes textuales preexistentes, obtenidos directamente de fuentes como el FMI o el Parlamento Europeo, que juegan un papel fundamental en la configuración de la imagen final, una combinación que cuestiona la realidad o ficción de ambos “documentos”.
Es decir, tomados por separado, tanto las fotografías como los textos son “reales”, ya que carecen de manipulación alguna. Sin embargo, ni los textos explican o describen el contenido de las fotografías, ni las fotografías nos sirven para entender o completar los textos.
Tal combinación pues, se traduce en una denuncia de la reducción de la vida de las personas a un conjunto de leyes económicas que dictan la viabilidad o rentabilidad de las mismas. Es, además, una constatación de cómo en la sociedad del espectáculo se sustituye el análisis veraz de la realidad por las ficciones de los poderes políticos y económicos.

Primera incursión en la fotografía en blanco y negro de Igor Calvo y un paso más en la línea de investigación iniciada con “Código Postal” (2012) y continuada con “Procesos de urbanización insostenibles siguiendoestrategias involutivas” (2012), a través de la cual se utiliza la fotografía como herramienta para poner en cuestión los procesos de realidad-ficción sobre los que se sustentan las sociedades modernas.


A journey through the streets of the welfare state, about “Main Street, 0”

Main Street, 0”constitutes the negative of the official discourse which proclaims that we live in the best possible social system (as combination of both economic and political system).


Gran-Via-0-
effect-of-immigration-on-wage-inflation
fragment – Igor Calvo
The images comprising “Main Street, 0” embarrass and upset beyond of what they show, as they imply a great disassociation between what we accept as reality or fiction and what truly can be found of both notions in our real world
Thus, “Main Street, 0” stands also as metaphor of a world separated by a huge breakthrough between the discourse (what the mass media tell us) and the reality, a society torn between accepting the image of the world as offered by the official mass media and the one we all can see when walking through our city just by learning to look at it a little bit more carefully.

Main Street, 0” is made up of documentary photographs showing real people who develop their life in the streets, in that public space used by the rest of citizens as a mere transit zone. Each photograph is “completed” with pre-existing textual messages obtained from reports of the IMF or the European Parliament that play a fundamental role in the making up of the final image, a combination that questions the reality or fiction of both “documents”.
That is to say, when taken separately, both photographs and texts, are “real”, as they lack of any kind of manipulation. However, neither the texts explain or describe the content of the photographs, nor the photographs are useful to understand or complete the texts.
The resulting image can be thus translated as a condemnation of the reduction of people’s lives to a collection of economic laws that dictate their viability or profitability. It is, also, a verification of how in the society of the spectacle the truthful analysis of the reality is substituted by the political and economic fictions of the elites.

A first foray by the author into black&white photography and another step in the line of investigation began with “Postcode” (2012) and continued in “Unsustainable urbanization processes following regressive strategies” (2012), through which photography is used as a tool to put into question the processes of reality and fiction on which modern urban societies are sustained.

jueves, mayo 2

PhotoArte Komite inaugura nueva temporada de exposiciones con "Gran Via, 0" de Igor Calvo

La galería PhotoArte Komite tiene el placer de invitarles a la exposición “Gran Vía, 0” de Igor CalvoEl autor vuelve a ofrecernos un interesantísimo trabajo fruto de la investigación iniciada con la exposición “Código Postal” que ya pudimos disfrutar en PhotoArte Komite.


Mucho más que una exposición fotográfica,”Gran Vía, 0 nos invita a recorrer la ciudad de manera alternativa, acompañados de imágenes compuestas de fotografías obtenidas en la calle, enmarcadas y acompañadas de textos pre-existentes que componen una imagen final que pone en cuestión las bases sobre las que se asienta el sistema económico y social de nuestra sociedad y que nos invita a reflexionar de manera muy crítica sobre los procesos de realidad y ficción utilizados por los poderes económicos, políticos y sociales, para mantener en vigor un sistema que genera un caudal continuo de desigualdades e injusticias.

Fotografía documental en blanco y negro; textos extraídos directamente de informes, boletines y documentos de las más reconocidas instituciones políticas y económicas; imágenes, en suma, que nos obligan a cambiar nuestra erguida postura como viandantes y transeúntes, inclinando nuestra mirada para observar esa “otra” realidad que tan a menudo permanece “invisible”, al mismo tiempo que “leemos” el discurso oficial tras el que se parapetan los poderes fácticos de nuestra sociedad.



Gran Vía, 0
de Igor Calvo 

La patochada Iberdrola

Visita a la colección Meana Larrucea en el piso 25 de Torre Iberdrola. Acceso restringido, se requiere invitación.


Parte de la colección de la familia Meana Larrucea se exhibe en una de las plantas de la Torre Iberdrola, exposición comisariada por Guillermo Paneque y a la que realizamos una visita en fechas recientes. Por el título del post, ya habrán advertido que la experiencia no tiene parangón; esta es la acelerada crónica de nuestro paso por la misma.

Antes de acceder a los ascensores que te llevarán a la inexpugnable sala de exposiciones el invitado debe pasar por todo el proceso de acreditación (cita concertada telefónicamente, obligatoria la presentación de la invitación con código de barras, DNI, identificación visible y paso por el arco de seguridad). 
Parafernalia de seguridad que resulta un tanto chocante al ser gestionada por una bandada de azafatas con capa verde, peculiar uniforme que les da un aspecto cercano a películas serie B de superhéroes remixturado con  duendecillo de parque infantil. Gran despliegue de dispositivos y de imaginación para acoger a un público que, mayoritariamente, es de edad avanzada y pequeño accionista de la compañía.

Al desembarcar en el piso 25 te recibe un apresurado (y estresado) maestro de ceremonias que comienza la visita con el obligado reconocimiento a la labor de la familia Meana Larrucea por haber reunido “una de las mejores colecciones privadas de Europa” (en publicidad se admite la exageración). 


Cumplido el prolegómeno, lo que nos resta es sufrir un tour a la japonesa en la que todos los invitados nos vemos obligados a arremolinarnos en torno a las obras decididas por el guía para escuchar explicaciones un tanto confusas creadas para un público al que se le presupone una gran ignorancia
Y entre disculpas del maestro de ceremonias “es que esto es arte moderno” y la señorita alta y de humor escaso que se ocupa de “sigan al grupo, no se detengan” transicionamos por este vía crucis de 4 estaciones:
  • Primera estación: “La habitación cerrada” de Dora García o cómo convencer al respetable de los nuevos parámetros en la compra-venta de arte.
  • Segunda estación: el espacio en el que se ubican las piezas de Kosuth, Uriarte y Baldessari. O la imposibilidad de explicar el arte conceptual en 5 minutos.
  • Tercera estación: “Dos centinelas en suelo óptico” de Juan Muñoz, parada que finaliza con un entusiasta “¿Quién quiere pisar una obra de arte?” proferida por el guía. Momento que aprovechamos para deslizarnos a la retaguardia del grupo por temor a  que nos arrojaran alpiste.
  • Última estación: un Basterretxea, que no vimos.

Entre estación y estación y conminaciones de “no se separen del grupo” creímos adivinar obra de Paul Graham, Rauschenberg, Garaicoa o Espaliú. Pero podemos equivocarnos. Y de ahí, corriendo, corriendo (como el conejo blanco de Alicia) a los ascensores.
En resumen, una invitación rodeada de atrezzo Fort Knox/enanito de jardín para no ver una colección y cuyo objetivo se nos escapa. Una experiencia descortés y vacía, con escaso respeto hacia la obra y el visitante. Eso sí, contentos de haber experimentado una nueva I+D+i en el mundo del arte: la patochada Iberdrola.